martes, 5 de octubre de 2010

Todos ustedes parecen felices


Pero no lo son. Porque para ser feliz hace falta estar enamorado. Tener ilusiones de esas que se van con el despertador, la tele y el suelo de asfalto. Ser un soñador, desviarse del camino correcto.
No se puede tener los pies en la tierra, saber lo que es la vida y ser feliz.
No se puede hacer dieta y ser feliz. O meter tripa y ser feliz. No se puede conformarse y ser feliz. No se puede casarse con ella porque es mi novia de toda la vida y ser feliz. O yo no sé hacer otra cosa, a mí las minifaldas no me quedan bien y necesito este trabajo y ser feliz.No se puede salir a la calle en un día de lluvia y mojarse el traje, llegar a casa, recalentar la sopa, poner las noticias y no puedo quedarme leyendo que tengo que madrugar. O no podemos hacer hoy el amor que tengo que madrugar. Porque yo soy reservado y no necesito conocer gente. Qué vergüenza. No se puede tener vergüenza y ser feliz.
Por eso ni ustedes ni yo somos felices y las cosas se nos pudren y marchitan, los muebles se vuelven grises, el cielo se encapota, las horas pasan lentas como suplicios, se nos pierden los amigos y se nos mueren los amores aburridos de batines y de ollas y de otro día más.

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