Querido lector, si hoy es lunes o domingo y te sientes cansado, triste, sin
ganas de hacer nada, con una descompensación hormonal importante después de un fin de semana de juerga, si
como a mí te pasa que solo sientes sueño y tristeza por todo, te invito a
investigar conmigo la mejor forma de pasar la tarde y aprender a superar, o en
su defecto a convivir con esa sensación fatal de abatimiento y melancolía.
Posibles pasos a seguir:
1. Abre la ventana, descorre las cortinas,
etc. Vivir para dentro es un gran enemigo cuando uno no tiene mucho ánimo. Lo
mejor que te puede pasar es que llueva o que haya una tormenta, porque todo el
mundo sabe que alegran. Al contrario de lo que se piensa, cuando uno está
especialmente abatido y cansado, ya desde su despertar, el sol no es un buen
aliado, resalta demasiado la oscuridad interior. Así que lo dicho: abre la
venta y mira a afuera. Si hace mucho sol, lo siento, o te unes al enemigo y te
bajas a tomar el sol, o te saltas directamente este paso.
2. Abre la agenda (si no tienes agenda, ten
agenda) Y escribe y valora todas las experiencias que has vivido durante el fin
de semana, buenas, malas o catastróficas.
Intenta organizarte la semana, si eres de los que te gusta
organizarte. Prepara tu trabajo o tus clases, si te lo permite tu estado. En mi
caso, soy absolutamente incapaz de hacer nada serio. Si te sucede esto, no te
sientas culpable. Se rinde mucho más en una hora en la que se está alegre que
en ocho en las que se está triste.
Si odias tu
trabajo y eso te hunde en una absoluta tristeza y te hace pensar que no vales
para nada, dedica tu tiempo a hacer lo que realmente te apetece y demuéstrate
que eres un crack en aquello para lo que estás destinado.
3. Sueña. Imagina qué te gustaría estar
haciendo en este mismo momento, qué te alegraría. Piensa en cosas que te
gustaría hacer en el futuro. Cómo te gustaría que fuera tu vida, dónde te
gustaría vivir, con quién te gustaría estar, cómo desearías ser. Recrea esa
vida puntillosamente, matiza todos los detalles, piensa mucho en ellos y
consíguela.
4. Haz cosas sencillas y relajantes. Si son
creativas, mejor que mejor. A mí me mola mil tejer, pero puedes cocinar,
dibujar, leer algo simple y fantasioso (recomiendo Juego de Tronos, a mí me
salvan las tardes de pena), escribir, o si te sientes con ánimo algo de
ejercicio físico que es el remedio para todas las cosas (si te sientes con
ánimo, que no es mi caso) Pero desde luego haz algo que te apetezca hacer, no
te sientas culpable por dejar de hacer tus deberes. Nunca lo hagas, es la gran
trampa del sistema, la mejor manera de formarse es seguir tus instintos y
aprender a hacer aquellas cosas para las que puedes dar más.
5. Recuerda. Recuerda momentos bonitos y
divertidos, vacaciones bonitas en la playa, aquellos pocos minutos de gloria
que tuviste alguna vez, mira un par de fotos, etc.
6. Piensa en tus verdaderos amigos, en tu
pareja, en tu familia. Ponte en contacto con ellos si lo necesitas, pero la
pena de domingo o lunes es solitaria e íntima, a mí de normal no me apetece ver
a nadie, aunque reconozco que es muy bueno. Si lo que tienes es cansancio
acumulado del fin de semana, queda con algún amigo y haceos unos bloody mary
sin alcohol (es decir, zumo de tomate con sal y pimienta) ¡Mano de santo! Si la
gente hace sus vidas o no se puede ni mover, aprende a estar solo porque eso te
salvará la vida.
7. Prométete que mañana será otro día y que
no le regalarás más tiempo de tu vida a la tristeza. La suerte y la felicidad
es una cuestión de actitud. No sientas culpabilidad por nada, no sientas la
necesidad de cumplir tu deber, vive en paz, no seas celoso ni atormentado, no
hagas que tu salud mental dependa de otras personas. Diviértete, ríete, estate
sano, infórmate, aprende, considérate guay y no hagas caso de la gente a la que
no le gustas, tienes que creer en tu proyecto de ti mismo: los seres humanos de
ahora son los mismos que no le dieron trabajo a Uma Thurman cuando empezaba
porque la vieron fea, los mismos que pasaron de los cuadros de Van Gogh e
hicieron que el pobre muriera en la pobreza. Esos seres humanos te contestan
con desplantes, hablan mal de ti, y no confían en que puedas hacer nada. No les
hagas caso, escucha a tu entorno, escúchate a ti, abre un libro y pasa en paz
tu tarde de tristeza.
Me parto con el dibu. Voy a hacer yo el mío!!
ResponderEliminarno has dicho que lo del ejercicio físico es porque no te deja la policía
ResponderEliminarEs verdad, se me ha olvidado, pero eso lo contaré en otro de los capítulos. Permanezcan atentos :)
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