Yo lo intento porque quiero ser como la khalessi,
o como Winona Ryder, o como Angela Merkel, una mujer fuerte que podría haber
dirigido ejércitos y reventar los cráneos de los Lanister, los alien o los
hispanolusogriegos.
Yo me
declaro deportista. Deportista de intención: me encanta el concepto del deporte
(fortalecer el cuerpo, superarse a uno mismo, alcanzar las mejores
posibilidades de mi raza, etc.). Pero parece no ser un amor correspondido por
las siguientes razones:
1-
Siempre que salgo a correr se me sube medio camal del pantalón, quien
sea de muslos gordos entenderá esto.
2-
Creo que no corro de manera muy elegante, porque aunque cuando me miro
a los escaparates me veo algo así como una Pamela Anderson espartana, mis
enemigos me han dicho en alguna ocasión que separo mucho los pies y los meto
hacia adentro.
3-
Voy tan lenta que las abuelas que salen a andar por la calle Alfahuir
me adelantan (lo cual tampoco es extraño, no seré yo quien cuestione las
capacidades de tan válidas señoras, con sus viseras y sus jerseys atados por
encima de la cintura, ¿acaso hay alguien que pueda adelantarlas?)
4-
No solo correr se me da mal,
todos los deportes se me dan mal: bailo como un pato, tengo la agilidad de un
elefante (y también su constitución), los reflejos de una pared y hasta el yoga
se me da mal que el otro día me caí y me lesioné haciendo una de las posturas
básicas.
5-
No puedo practicar ningún deporte que implique un balón, porque uno de
mis mayores miedos, junto con las alturas y los bichos del polvo es recibir un
balonazo. He pasado antes por ello y no me ha resultado nada agradable. Me da
tanto miedo que en ocasiones me he enfrentado a niños (bastante musculados, he
de decir) cuando he ido a la playa y se han puesto a jugar a la pelota. Me he
llegado a enfrentar a gente más grande solo porque estaba jugando a las palas.
6-
De todas formas, creo que correr es el que peor se me da, la última
vez que lo intenté acabé en comisaría. Esto sucedió así:
Habiéndome parado
a descansar unos minutos pasó un policía enrollado (no tipo antidisturbios,
tipo enrollado) y se me llevó, alegando que me pasaba algo. Yo le juraba y
perjuraba que no, que estaba bien, pero él me pidió que fuera a comisaría a
mojarme. No entendí bien esto, pero como era policía lo acompañé. Una vez allí,
me retuvieron hasta que empecé a estar un poco menos roja e insistieron en que
iban a llamar a una ambulancia para que me acompañara a casa. Por suerte
conseguí salir corriendo. No en sentido literal, se entiende.
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