jueves, 7 de junio de 2012

Cómo ligar


Una de las certezas que me he propuesto derribar es que la gente es o no es guapa. Me atrevo a afirmar que SÉ que es mentira, que no existe la belleza , que no te preocupes porque tienes el culo ancho o el brazo gordo. No solo es que ellos quieran que te gastes dinero en sus potingues, es que quieren gente retraída, con complejos, triste y con baja autoestima. Tu tristeza es su negocio, constantemente inventan productos, no solo de belleza para llenar el vacío de los que no tienen una vida plena, se aprovechan de tu inseguridad, eres su blanco fácil, no quieren que seas una persona segura, satisfecha y feliz porque entonces no tendrán nada que ofrecerte. Han creado varios frentes. Se me ocurren varios: el concepto de éxito versus fracaso, que es nuestro motor para trabajar como negros. O el negocio que han hecho con el estilo de vida, que han creado un estilo de vida guay, moderno, atractivo y estético que quieren que consumamos. Un tercer y sádico pilar sería el mito de la belleza. 

La belleza, y esto es un tópico pero es verdad, es relativa, depende de épocas, de ojos que la miren, de si tal persona te recuerda a tal otra, de si te gusta o no lo exótico o vaya usted a saber, es algo plástico, algo que también tienen los muebles de un escaparate o los televisores de plasma. Lo que realmente nos interesa no es ser bellos, sino ser seductores, es decir: LIGAR. Hay personas ‘bellas’ tan poco saladas que no les harías el amor en la vida, y hay personas con el pelo encrespado y las caderas anchas que te dejan con la boca abierta. Las personas que seducen lo hacen por muchas cosas, no solo es una cuestión física, la cosa está a otro nivel. Te gusta un chico o una chica por la forma en que se ríe, por cómo ve la vida, por cómo se sienta, porque bajo el sol su pelo brilla de determinada manera, porque es listo o conversador o bueno o encajáis por el motivo que sea y te quedas flipando cada vez lo que ves. Esta es la única verdad, deja de ponerte crema y cultiva tu alegría y pronto los hombres vendrán a ti como moscas a la miel, amiga.