Una de
las certezas que me he propuesto derribar es que la gente es o no es guapa. Me
atrevo a afirmar que SÉ que es mentira, que no existe la belleza , que no te
preocupes porque tienes el culo ancho o el brazo gordo. No solo es que ellos
quieran que te gastes dinero en sus potingues, es que quieren gente retraída,
con complejos, triste y con baja autoestima. Tu tristeza es su negocio, constantemente inventan productos, no solo de belleza para llenar el vacío de
los que no tienen una vida plena, se aprovechan de tu inseguridad, eres su
blanco fácil, no quieren que seas una persona segura, satisfecha y feliz porque
entonces no tendrán nada que ofrecerte. Han creado varios frentes. Se me ocurren varios: el concepto
de éxito versus fracaso, que es nuestro motor para trabajar como negros. O el negocio que han hecho con el estilo de vida, que han creado un estilo de vida
guay, moderno, atractivo y estético que quieren que consumamos. Un tercer y
sádico pilar sería el mito de la belleza.
La belleza, y esto es un tópico pero es
verdad, es relativa, depende de épocas, de ojos que la miren, de si tal persona
te recuerda a tal otra, de si te gusta o no lo exótico o vaya usted a saber, es
algo plástico, algo que también tienen los muebles de un escaparate o los
televisores de plasma. Lo que realmente nos interesa no es ser bellos, sino ser
seductores, es decir: LIGAR. Hay personas ‘bellas’ tan poco saladas que no les
harías el amor en la vida, y hay personas con el pelo encrespado y las caderas
anchas que te dejan con la boca abierta. Las personas que seducen lo hacen por
muchas cosas, no solo es una cuestión física, la cosa está a otro nivel. Te
gusta un chico o una chica por la forma en que se ríe, por cómo ve la vida, por
cómo se sienta, porque bajo el sol su pelo brilla de determinada manera, porque
es listo o conversador o bueno o encajáis por el motivo que sea y te quedas
flipando cada vez lo que ves. Esta es la única verdad, deja de ponerte crema y
cultiva tu alegría y pronto los hombres vendrán a ti como moscas a la miel,
amiga.
Me generas varias incógnitas y alguna certeza. Entre las primeras:
ResponderEliminar1. ¿Es realmente la crema un tegumento impermeable a lo sensual?
2.¿Ahondar en lo superficial deviene en profundidad?
3. ¿Es la profundidad intelectual una mera superficie de la animalidad, es decir, de aquello a lo que nadie escapa?
Entre las segundas:
-Lo malo de la miel es que atrae principalmente a las moscas.
-Casi todo lo que hacemos para gustarnos a nosotros mismos (herencia del "porque yo lo valgo") deja indiferentes o repele a los que no son uno mismo.
La tesis: le gente es guapa o no lo es.
El corolario: ¿cómo conseguir que esa variable no incida en el resultado de forma sustancial?