Iré al grano: me da en la nariz que el mundo
en que vivimos es un mundo diseñado, un mundo desnaturalizado y postizo creado
a posta con un único fin, consumir.
El ser humano es visual, otros animales
tienen otros sentidos más desarrollados, pero nosotros tenemos la vista y es
con ella con lo que exploramos el mundo y creamos sus esquemas, sus
relaciones y sus representaciones visuales. Hasta los aspectos más abstractos
los ordenamos de forma visual: creamos listas, esquemas, mapas, relaciones
mentales que podríamos dibujar; hemos construido nuestra lengua en torno a la
visión: hay poquísimas onomatopeyas, pero cientos conceptos a los que nos
referimos con palabras que otros conceptos físicos que nos ayudan a
comprenderlos: en-frente, de-bajo, planicie, azulete, etc., nuestros nombres y apellidos tienen que ver con
nuestras características físicas, así nos distinguimos, así nos orientamos.
Todo nos entra por los ojos y a partir de lo que vemos creamos conceptos tales como
felicidad, amor, amistad, éxito, etc. Esta
es la herramienta que han utilizado los publicistas del sistema para vendernos
ciertos objetos, no solo prendas de ropa y lavadoras (bastante útiles, la
verdad) sino ideas como felicidad, amor, amistad, rebeldía, diversión o éxito.
Ellos nos inoculan modelos sobre tipos de familia, número de hijos, hombre
ideal, trabajos que nos harán felices, ser siempre jóvenes y no tener jamás
arrugas, vivir en un entorno apacible y bello a costa de comprar cosas que no
sirven para nada como cómodas bellas o aparadores bellos para guardar nuestra
ropa bella. Lo curioso es que ellos han construido sus apartamentos sobre un
campo ya de por sí bastante bello, han creado un mundo horrible que la gente
debe embellecer a base de comprar jarrones.
Luego
está el dinero y el trabajo. El dinero no existe, casi ningún trabajo produce nada en relación directa con su valor. Nos obligan a trabajar durante horas en trabajos que podrían
hacerse en menos tiempo o por más gente, e incluso por máquinas. El estado
natural del hombre no es el trabajo sino el ocio y el esfuerzo básico para la
supervivencia. El hombre, además, tiene inquietudes y desarrolla habilidades
creativas, técnicas, físicas porque las lleva innatas y porque no le importa invertir
su tiempo y esfuerzo en practicarlas. Los seres humanos ya no vivimos,
trabajamos. Se han inventado el dinero y las propiedades para que no queramos
dejar de hacerlo, para que controlen el trabajo y el dinero. La educación es
tristísima, tú pagas conocimientos y títulos con los que realizar un trabajo, gente
que no lee hace exámenes brillantes sobre literatura, saber latín ‘no sirve
para nada porque no aporta nada al sistema, las humanidades no sirven para nada’,
sin embargo te dan los referentes con los que analizar el mundo que te
rodea. El éxito es ser ‘jefe’ o ‘presidente’
o ‘ganar dinero’ o ‘ser reconocido’ eso sale en todas las películas, en todos
los facebooks de los demás, eso lo piensan todos nuestros conocidos y ya lo damos
por hecho, pero el éxito es una farsa, una estrategia para que nos esforcemos
por una meta que creemos que nos dará la felicidad cuando lo que da la
felicidad es tener el mayor tiempo posible para dedicarnos a lo que nos
apasiona. ‘El tiempo libre’ es otra mentira, el tiempo libre es el tiempo real,
el tiempo de trabajo en el que podemos trabajar en lo que queremos, saciar
nuestras inquietudes que el sistema nos
intenta arrebatar por medio de una educación mediocre y de mantenernos
exhaustos con el trabajo vacío. Si podemos aportar algo útil al mundo no es
aquello por lo que nos pagan sino lo que hacemos una vez tenemos tiempo para
crear, sin amoldarnos a ningún tipo de exigencia de nadie.
El gobierno se encarga de mantener este
sistema que nos hace a la mayoría de personas infelices. El Estado podría
gobernarse de otras maneras, en pequeñas sociedades o votando por internet. Sí,
sé que piensas que es una barbaridad y que necesito medicación pero la verdad
es que es bien fácil auto gestionarse, más ahora con los medios de comunicación
de los que disponemos, pero te hacen creer que es una locura para no bajarse
del sillón del parlamento. El mundo es muy grande y la historia es muy antigua,
los seres humanos podemos vivir de otras maneras, culpamos de nuestra infelicidad
al fracaso o a la soledad, pero la culpa la tiene un sistema irreal y
deshumanizado en el que es imposible responder a las expectativas, es hora de
ir derribando mitos.
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